miércoles, 30 de enero de 2013

¿Serán compatibles la Sabiduría y la Pasión?


Anoche estaba hablando con un querido amigo mío, Arturo y de repente le dije: “Quisiera yo tener esa sabiduría” y el me contesto:
- ¿Tú crees?
- Pues si me quitase pasión entonces no.
- Pues seguramente, porque lo sabrías todo.

Me quede pensando, hasta esta mañana y allí va mi conclusión:

Soy una persona bastante apasionada y no quisiera nunca perder esa parte de mi carácter, por eso mi primera reacción de sabiduría = no pasión.

Pero analizándolo bien, creo que es al revés, la sabiduría nutre la pasión. La pasión nos hace amar las cosas con todo nuestro ser y la sabiduría nos enseña a canalizar esta pasión, a conocer lo que amamos. Si conocemos más lo que amamos, lo amamos más y nos apasionamos más. Un poco como el cuerpo de nuestro querid(@), su textura, su olor, sus curvas, el grano de su piel, más lo tocamos, más lo queremos y más lo queremos, más lo queremos tocar.

Pienso en mi pasión por la vida, de hace 20 años y veo que era pasión estilo “ Romeo y Julieta”, cielo y infierno, emociones increíbles pero donde el final solo puede ser cenizas.

Pienso en mi pasión del momento y  veo que el fuego no se ha apagado y que al revés, aprecio más lo que tengo porque ya le veo la magia en todo, ya entendí que cada mañana que me despierto es un día que me fue regalado, que cada amanecer tiene su peculiaridad y que yo como el, empiezo el día con otro color, otro sabor, otras aspiraciones, otras necesidades pero con la misma pasión, o hasta con más pasión porque entiendo los  milagro de las pequeñas cosas y al entenderlos, los veos en cada esquina y eso nutre más mi fuego interior, mi amor por este mundo en el que vivo.

Hace 20 años, todo me parecía normal, adquirido, los colores variaban más por lo que pasaba afuera de mí, que con lo que estaba dentro, no sabía que todo empezaba desde adentro. No sabía que la pasión se podía canalizar sin perder su brillo. Con el tiempo, las  experiencias, un poco de sabiduría me habita, poca, pero algo más que hace 20 años.

Ser sabio no quiere decir saberlo todo, sino haber aprendido de nuestras experiencias para que cuando emprendemos un camino conocido podamos correr sin tropezar porque ya sabemos dónde están los baches, al revés nos da las herramientas para poder ser más eficientes, más felices y concéntranos en cosas que no habíamos podido ver la primera vez. Y si el camino es nuevo, ya tenemos una lista de posibles retos pero no por eso lo correremos con menos pasión, al revés.
  
Así que Arturo, yo creo que se puede ser sabio y nunca perder la pasión y te agradezco sinceramente haberme hecho reflexionar tanto sobre el tema.

Feliz Miércoles.



No hay comentarios:

Publicar un comentario